03 Sep Las aulas virtuales y el COVID-19
Ya hemos hablado en otras ocasiones de los puntos positivos que aporta la formación e-learning a nivel educativo (online, blended o tele formación), y son muchos.
En tiempos de pandemia como la que se vive hoy en día con la propagación del COVID-19 se hace incluso más evidente la falta de respuesta online.
Para empezar, nos podemos preguntar: ¿Qué es una Aula Virtual?
Podríamos definirlo como una modalidad de formación on-line, donde el profesor y los alumnos coinciden simultáneamente, pero sin compartir espacio físico y para ello se conectan a una plataforma on-line donde se encuentran. Hablamos de un espacio virtual de enseñanza que, permite la interacción y el seguimiento, y, gracias a la conexión como usuario autorizado da acceso a contenidos, actividades de aprendizaje y recursos formativos multimedia. Para acceder en el aula virtual solo se requiere un equipo con conexión a internet y audio.
Una duda recurrente que nos surge entonces es ¿Qué variaciones en la formación acelera el COVID-19 o coronavirus?
Gracias a las aulas virtuales, el profesorado puede continuar impartiendo sus clases desde donde se encuentre contando con todas las herramientas necesarias para que su clase virtual, sea de igual o mayor calidad que las tradicionales clases presenciales.
Además, ahora y desde su casa, el profesor es capaz de ofrecer un extra en contenido, en interactividad, y en feedback en tiempo real…
Con las aulas virtuales el profesor proporciona un ambiente favorable para el aprendizaje que facilita la construcción de conocimientos colaborativos, cooperativos, el respeto y la tolerancia a las opiniones diversas con el fin de cumplir con su papel de mediador.
¿Esto significa que los docentes que imparten las clases en tiempos de COVID-19 dominan y saben utilizar herramientas tecnológicas para la creación de recursos didácticos y multimedia que apoyan los procesos académicos?
No siempre es el caso, pero los que no se ponen las pilas rápidamente toman el riesgo de quedar obsoletos en el sistema de la llamada: “nueva realidad”.
En las aulas virtuales el profesor puede ofrecer la información necesaria mediante el campus virtual, que le permita al estudiante disponer del programa del curso, el cronograma de actividades, las orientaciones, guías de aprendizaje, actividades, tareas, calificaciones y demás. También puede promover ambientes inclusivos para el aprendizaje, mediante el uso de estrategias de mediación pedagógica basadas en el trabajo colaborativo, aprendizaje basado en proyectos y cooperativo.
Se recomienda no solo ingresar al campus virtual cada vez que se realizan clases virtuales, pero también para plantear preguntas ya que se atenderán en un plazo simultaneo o muy corto.
Así es, gracias a las aulas virtuales el profesor podrá mantener una comunicación constante con los estudiantes a través de medios asincrónicos y sincrónicos y gracias a ello brindar realimentación oportuna y pertinente sobre los avances, actividades y productos generados por los estudiantes.
Finalmente, cabe destacar tampoco hay ningún problema en cuanto los certificados y diplomas, que pueden ser entregados a través de una plataforma, siempre que se pueda acreditar la puesta a disposición de cada alumno/a, así como la descarga por parte de cada uno de ellos/as.
Las pruebas de evaluación deben acreditar que se han realizado por cada uno de los/as alumnos/as, pero podrían ser realizadas a través de alguna aplicación que permita identificar al alumno y su identidad.
De todos modos, no es obligatorio que haya exámenes de evaluación ya que en formación presencial no son obligatorios tampoco, pero aconsejables para determinar el grado de aprovechamiento de los participantes a la hora de la confección de los diplomas acreditativos.
Igual que en el resto de la formación presencial, se considera que una persona participante ha finalizado el curso cuando ha asistido al menos, al 75% de la formación.
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